Ya hace casi un mes que arrancó el invierno climatológico, que comprende el trimestre de diciembre, enero y febrero. Acabamos de entrar también en el astronómico y con el solsticio aún reciente, nos encontramos inmersos en los días más cortos del año. El déficit de horas de luz junto con la noche polar perpetua, dan lugar a un fuerte enfriamiento de las capas de aire en o con el suelo, especialmente en zonas anticiclónicas con escasa renovación del aire.
Estas masas de aire polar suelen movilizarse hacia el sur, generando advecciones de aire frío y en ocasiones olas de frío con nevadas copiosas. En España, la probabilidad de que esto ocurra se dispara a medida que nos acercamos al mes más frío del año según la climatología.
Para responder a la pregunta, analizamos los mapas de temperatura media en la Península y ambos archipiélagos, extraída de la red de estaciones meteorológicas automáticas de la AEMET. Para ello, se realiza una media entre las temperaturas máximas y mínimas de todos los días del mes. De esta forma, nos hacemos una idea del carácter térmico global de un mes, suavizando los extremos dentro de la media.
En base a estos datos, enero es el mes más frío del año en España. En el primer mes del año, la media mensual no pasa de los 5 ºC en la totalidad de Castilla y León, buena parte de Castilla La Mancha, extremo norte y sur de Aragón, buena parte de La Rioja, centro de Navarra, interior de Cataluña y sur del País Vasco. En estas regiones son frecuentes las heladas nocturnas, cuando el anticiclón está presente, con valores mínimos que bajan incluso de los -5 ºC.
En áreas de montaña, la media de enero es todavía más baja, situándose entre los 0 y 2,5 ºC. En cotas altas de la Cordillera Cantábrica, Sistema Central, Pirineos, Ibérico norte y Sierra Nevada, la media de temperaturas en el mes de enero no pasa de los 0 ºC. Esto se debe a una combinación de heladas anticiclónicas, heladas causadas por advecciones polares y la escasa elevación del sol sobre el horizonte.
En el litoral atlántico y a orillas del Mediterráneo, la media de temperaturas en enero oscila entre 7 y 13 ºC, con los valores más altos en las costas de Canarias, Almería y Granada, con un promedio de 13 ºC a 17 ºC al sur de Gran Canaria y Tenerife. Esto se debe al efecto termorregulador del mar, cediendo calor a la atmósfera. Las superficies marítimas responden mucho más lentamente a los cambios de temperatura que las continentales, y las heladas en zonas costeras son poco habituales.
Aunque febrero sigue siendo un mes frío, situándose en segundo puesto después de enero, las temperaturas ya empiezan a subir en algunas zonas, debido al alargamiento progresivo de los días en este mes. Este repunte se nota especialmente en el cuadrante suroeste peninsular (Extremadura y Andalucía), depresiones del noreste y en las cuencas del Guadalquivir y Ebro.
Aun así, en muchas zonas de ambas mesetas y zona centro el cambio apenas es perceptible y además suelen producirse irrupciones de aire polar con nevadas en cotas bajas. El mes que marca la transición fuerte entre el invierno y la primavera es sin duda marzo, especialmente la segunda quincena de mes.