La puedes comer tostada, entera, en leche o incluso en turrón. Además de ser accesible y deliciosa, este fruto seco cuenta con múltiples beneficios científicamente probados para nuestra salud.
Nos referimos a la almendra, alimento ampliamente presente en nuestra dieta mediterránea. Además de sabrosa, lo que algunos quizá desconocen es que su consumo regular puede ayudar a reducir los niveles de azúcar en sangre tras las comidas.
Estas propiedades son particularmente beneficiosas para quienes padecen prediabetes o diabetes tipo 2, ya que mejoran la sensibilidad a la insulina y contribuyen a un mejor control metabólico.
Las almendras, además, son una excelente fuente de magnesio, un mineral clave en más de 300 procesos bioquímicos del organismo, incluido el control del azúcar en sangre. Una deficiencia de magnesio está relacionada con un mayor riesgo de resistencia a la insulina, por lo que consumir almendras regularmente puede ayudar a prevenir complicaciones metabólicas.
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— COMUNIDAD ANAM CARA (@ComunidadAnam) December 1, 2023
La buena noticia es que los beneficios de la almendra no se limitan al control glucémico. Numerosos estudios han demostrado que su consumo frecuente mejora el perfil lipídico al reducir los niveles de colesterol LDL (malo) y aumentar el HDL (bueno), disminuyendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Esto es especialmente relevante para personas con diabetes tipo 2, ya que presentan una mayor probabilidad de desarrollar patologías del corazón.
Gracias a su alto contenido en fibra, este fruto seco favorece el buen funcionamiento del sistema digestivo y ayuda a mantener una microbiota saludable. Además, su combinación de grasas saludables, proteínas y fibra proporciona una sensación de saciedad prolongada, lo que puede ser útil para el control del peso al evitar picos de hambre y antojos.
Lo bueno de la almendra es que es un alimento fácil de incorporar a la dieta diaria y están disponibles en cualquier supermercado a un precio asequible. Ya sea en su versión natural, en mantequillas, en postres tradicionales o en bebidas vegetales, su consumo aporta numerosos beneficios para la salud.
Las almendras presentan una gran diversidad de variedades, cada una con características propias en sabor, textura y uso culinario. Entre las más destacadas en España se encuentra la Marcona, apreciada por su dulzura y su uso en repostería y turrones.
Después está la Comuna, que engloba diferentes tipos de almendra de calidad variable, utilizadas en múltiples preparaciones. Entre ellas resaltamos las variedades como la Penta y la Lauranne, que destacan por su floración tardía, lo que las hace menos vulnerables a las heladas primaverales.
A nivel internacional, destacan la California, más uniforme y con menor contenido en aceite, y la Ferragnes, originaria de Francia pero cultivada en España, con una gran resistencia a plagas.