Los años bisiestos son un aspecto fascinante de nuestro sistema de calendario, diseñado para mantenerlos alineados con la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Entonces, la próxima vez que disfrutes de ese día extra en febrero, tómate un momento para apreciar los siglos de conocimiento matemático y astronómico que intervinieron en su creación.
Un año bisiesto es un año que contiene un día adicional, el 29 de febrero, que también conocido como día bisiesto. Este hecho ajusta el año calendario para sincronizarlo con el año astronómico.
Explicación gráfica de por qué hay años bisiestos...
— Universo Recóndito (@UnvrsoRecondito) February 16, 2024
Y qué pasaría si no.
James O'Donoghue pic.twitter.com/lPF6O9Ms5o
El concepto de años bisiestos se ha utilizado durante siglos como método para armonizar el calendario creado por la humanidad con las revoluciones de la Tierra alrededor del Sol.
Los años bisiestos cumplen un propósito crucial al alinear nuestro calendario con el año solar, que representa el tiempo que le toma a la Tierra completar una órbita alrededor del Sol.
Sin ningún ajuste, nuestro año calendario de 365 días poco a poco se desincronizaría con el año astronómico. Con el tiempo, esta desalineación daría lugar a derivas estacionales, como el cambio gradual de los equinoccios y solsticios.
Por ejemplo, piensa los meses cálidos y veraniegos en tu región: no necesariamente caerían en la misma época con el pasar de los años. Sin los años bisiestos, esas horas perdidas se acumularían, alterando gradualmente el calendario hasta el punto de que las estaciones cambiarían drásticamente.
Para rectificar esta desalineación, se introdujo el concepto de año bisiesto. Al añadir un día adicional al calendario cada cuatro años, compensamos las aproximadamente seis horas adicionales del año solar. Este ajuste garantiza que el año calendario permanezca estrechamente alineado con el año astronómico.
A continuación, compartimos algunos datos curiosos sobre los años bisiestos, que son poco conocidos entre la población.