Acaba de publicarse la primera serie de datos del telescopio espacial James Webb y se ha descubierto algo sorprendente. Al analizar los archivos, los astrónomos se dieron cuenta de que seis galaxias eran más antiguas de lo que cabría esperar de las galaxias observadas por el telescopio.
El objetivo del telescopio espacial James Webb es obtener datos de cuando el Universo tenía poco más de 300 millones de años, lo que en términos astronómicos sería prácticamente justo después del Big Bang. La intención es estudiar la formación de las primeras estrellas y galaxias.
Hay muchas preguntas abiertas sobre cómo se formaron las galaxias y cómo llegaron al tamaño que tienen hoy, pero con los resultados se plantean más interrogantes.
Uno de los avances que el JWST ha aportado a la astronomía es poder explorar el universo en el infrarrojo. Esto es extremadamente importante cuando queremos observar cuando el universo era aún muy joven. La luz emitida en aquella época nos llega en la longitud de onda infrarroja.
Esto se debe a que el universo está en expansión. Es decir, cuando esta luz se emitió hace unos 13 000 millones de años, lo hizo en alguna longitud corta, como los rayos X, el visible o el ultravioleta.
A medida que la luz viaja por el universo, la expansión hace que esa longitud de onda de la luz, que se emitía en longitudes cortas, se extienda hasta el infrarrojo.
En su nacimiento, el universo atravesó un periodo de rápida expansión llamado inflación. Tras este periodo, pasó por un periodo conocido como edad oscura.
Durante la edad oscura, el universo siguió expandiéndose y enfriándose. El enfriamiento fue esencial para que las nubes de gas colapsaran y formaran las primeras estrellas y objetos primitivos como las galaxias. Sin embargo, comprender exactamente cómo evolucionó la materia bariónica con la materia oscura sigue siendo una incógnita.
En un principio, se creía que las primeras galaxias se formaron al final de la Edad Oscura, cuando el universo inició el proceso de reionización: los átomos neutros se ionizaron. Se esperaba que en ese momento, cuando el universo sólo tenía 400 millones de años, las galaxias fueran jóvenes y pequeñas.
Sin embargo, se han hallado galaxias que ya eran masivas y viejas en ese momento, lo que indica que se formaron mucho antes de lo que pensábamos. En otras palabras, hay un agujero en la teoría de la formación de galaxias, y puede que haya que revisarla si se confirman los datos.