Entre el 50% y el 90% de los cánceres de piel se deben a la exposición a radiaciones ultravioleta, ya sea de forma constante o a través de momentos intensos de forma intermitente. Estas radiaciones tienen los mismos efectos si la fuente es el sol o las lámparas de bronceado.
No todos los tipos de cáncer de piel son iguales, de mayor a menor frecuencia hemos de resumirlos en:
Se trata de una lesión cancerosa de una célula de la piel, llamada melanocito, que es donde se encuentra la melanina. La melanina es la sustancia responsable del color de la piel.
Cuando la célula es cancerosa pasa por varias fases. Inicialmente tiene un crecimiento radial a lo largo de la superficie de la piel. En este caso, las posibilidades de curación mediante cirugía son elevadas. Cuando pasa a la fase de crecimiento vertical, es decir, penetrando más profundo, puede dar lugar a metástasis.
Cuanto más extenso y profundo sea, puede hacer que las tasas de supervivencia a 10 años disminuyan a la mitad. Por eso es tan importante el diagnóstico precoz.
Consiste en la revisión de la superficie corporal cada tres meses siguiendo siempre el mismo recorrido para no olvidar ninguna zona: cuero cabelludo, cuello, tronco, brazos y piernas. Se realizará en una habitación correctamente iluminada y, si es necesario, utilizaremos un espejo.
Revisaremos si hay lesiones con la regla: A, B, C, D, E
A: Asimetría.
B: Bordes irregulares.
C: Color variado.
D: Diámetro mayor de 6 mm.
E: Evolución (si ha cambiado de aspecto desde la última revisión).
En caso de encontrar alguna lesión sospechosa, será necesaria la revisión por un dermatólogo.
En este caso hablamos de intentar reducir los factores de riesgo.
Tengamos o no factores de riesgo, debemos evitar la exposición al sol sin protección solar más de 15 minutos, e incluso con protección solar entre las 12:00 y las 16:00 horas.
Del protector solar no nos podemos olvidar, con el factor de protección necesario para nuestro tipo de piel, reponiendo cada dos horas o después de un baño. Usar ropa que proteja del sol y también, si es posible, sombrero y gafas . El típico look playero, pero no por moda, sino por salud.
La piel es el órgano más grande del cuerpo, el que nos protege de las agresiones externas. Se merece que la cuidemos y tratemos como si tuviéramos que compartir toda nuestra vida con ella.