¿Qué es el síndrome de Haglund? Los podólogos hablan de esta lesión silenciosa en los deportistas

Si eres deportista y sientes molestias persistentes en la parte trasera del talón, podrías estar desarrollando una lesión más común de lo que imaginas. Los podólogos advierten que su detección precoz y un tratamiento adecuado son claves para evitar la limitación en la práctica deportiva.

Persona con dolor en el pie
Esta lesión puede interferir seriamente en la actividad física de las personas

Dolor agudo en la parte trasera del talón, molestias al usar calzado deportivo o incluso la aparición de un bulto rígido que impide apoyar bien el pie. Estos síntomas, aparentemente menores, pueden esconder una afección cada vez más frecuente entre deportistas: el síndrome de Haglund.

El Ilustre Colegio oficial de Podología de la Comunidad Valenciana en abril lanzó una nota de prensa para explicar esta dolencia, que puede interferir seriamente en la actividad física si no se diagnostica y trata a tiempo. Entender qué lo provoca, cómo detectarlo y qué opciones existen para aliviarlo resulta esencial para quienes buscan mantener su salud podal sin renunciar al deporte.

¿En qué consiste el síndrome de Haglund?

El síndrome de Haglund es una patología que afecta la parte posterior del talón, justo donde el tendón de Aquiles se inserta en el hueso calcáneo. Se produce cuando aparece un crecimiento óseo anormal —conocido como exostosis— en esta zona, lo que genera una fricción constante con el calzado.

Esta fricción provoca la inflamación de la bursa retrocalcánea, una bolsa que actúa como amortiguador entre el hueso y el tendón. Como resultado, el paciente experimenta dolor, inflamación y una movilidad reducida del pie hacia arriba. Esta afección también es conocida como tendinopatía de inserción del tendón de Aquiles.

Causas y factores que favorecen su aparición

El desarrollo del síndrome de Haglund está relacionado con varios factores mecánicos y estructurales. Uno de los más habituales es el pie cavo, una condición en la que el arco del pie es especialmente alto, lo que genera una distribución anormal de la carga al caminar o correr. Este tipo de pisada aumenta la presión sobre el talón, facilitando la formación del bulto óseo.

Persona en el podólogo
Uno de los desencadenantes más habituales de este síndrome es el pie cavo

Asimismo, actividades deportivas de alto impacto como correr, jugar al fútbol o hacer saltos repetitivos provocan una tensión constante en el tendón de Aquiles. El uso de zapatos con una parte trasera rígida o demasiado ajustada también favorece la fricción y la irritación del talón. Otro elemento que incrementa el riesgo es el acortamiento de la musculatura posterior de la pierna, ya que intensifica la tracción sobre el tendón y empeora la inflamación.

Síntomas y proceso de diagnóstico

Los síntomas más comunes del síndrome de Haglund incluyen dolor localizado en la parte trasera del talón, especialmente al caminar, correr o usar ciertos tipos de calzado. Es habitual observar hinchazón en la zona, la aparición de una protuberancia ósea y, en muchos casos, una capa de piel endurecida como respuesta al roce continuo.

Además, puede haber una clara restricción en la movilidad del tobillo, sobre todo en la flexión dorsal. Para llegar a un diagnóstico certero, el podólogo realiza una evaluación clínica del talón y suele solicitar una radiografía lateral que permita observar la exostosis. En casos más complejos, se puede complementar con una ecografía o una resonancia magnética para evaluar el estado de los tejidos blandos y el tendón.

El tratamiento del síndrome de Haglund depende del grado de avance de la lesión. En fases iniciales, se opta por medidas conservadoras como la fisioterapia, que incluye técnicas de ondas de choque para reducir la inflamación y estimular la regeneración del tendón.

También se recomiendan ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, así como el uso de plantillas ortopédicas personalizadas que ayuden a corregir la pisada y aliviar la presión sobre el talón.

Fisioterapia
La fisioterapia, con ondas de choque para reducir la inflamación, es uno de los tratamientos a este problema

Si tras varios meses no hay mejoría, se puede recurrir a la cirugía. Esta intervención consiste en eliminar la exostosis mediante técnicas de mínima incisión que reducen el o directo entre el hueso y el tendón. La recuperación total suele llevar entre dos y cinco meses, dependiendo de la gravedad del caso y del nivel de actividad física del paciente.

La prevención juega un papel clave, especialmente entre deportistas. Detectar el síndrome de Haglund a tiempo es necesario para evitar complicaciones mayores y preservar la salud del pie a largo plazo.