Más de 55 millones de personas en todo el mundo sufren demencia, una dolencia que se caracteriza por una pérdida grave de las funciones mentales que afecta al desarrollo de la vida cotidiana. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que esta cifra aumente hasta los 153 millones en el año 2050.
Aunque es una creencia generalizada, el envejecimiento o la predisposición genética no son las únicas causas del deterioro de las conexiones neuronales de nuestro cerebro.
En la aparición de ciertas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la demencia, influyen factores modificables (pueden alterarse a lo largo de la vida) como el estrés crónico, un estilo de vida poco saludable, la exposición a ciertas toxinas, la depresión y la ansiedad, e incluso la falta de interacción social y de estimulación mental.
Estos factores modificables ya eran conocidos por la ciencia. Superan los 160 y son los responsables de hasta el 40% de los casos de demencia en todo el mundo. Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando se ha revelado cuáles son los tres que, en mayor medida, aceleran el proceso de envejecimiento cerebral.
Lo han logrado investigadores del Departamento de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Oxford mediante el análisis de los escáneres cerebrales de 40.000 personas mayores de 45 años que forman parte del Biobanco del Reino Unido.
El análisis de todo este material ha servido para identificar una red específica de regiones en el cerebro que no sólo se desarrolla más tarde durante la adolescencia, sino que, además, se deteriora más tempranamente con la edad.
Este punto débil se ve afectado por siete variaciones del genoma humano, que hacen al cerebro más vulnerable a las enfermedades cardiovasculares, la esquizofrenia, el Alzheimer o el Parkinson.
La Consejería de Salud y Consumo lanza la Campaña de Prevención y Detección Precoz del Deterioro Cognitivo. ¿Conoces las señales alarma frente al deterioro cognitivo y la demencia? Recuérdalo hoy para no olvidarte mañana. #PlanAlzheimeryotrasdemencias #Alzheimer pic.twitter.com/clacglXZL1
— Estrategias y Planes de Salud (@EstrategiasyPl1) September 23, 2022
Además, el estudio ha servido para realizar un nuevo e inesperado hallazgo: dos antígenos del grupo sanguíneo XG, ubicados en los cromosomas sexuales, también influyen en esa red cerebral.
Una vez identificado ese punto débil en el cerebro, los investigadores han podido examinar la contribución concreta de cada factor de riesgo modificable a la degeneración de este órgano vital que gestiona la actividad de nuestro sistema nervioso.
Y han conseguido clasificar los tres más dañinos asociados a la demencia. Son la diabetes, la contaminación del aire y el alcohol.
Un hallazgo sin duda esperanzador, porque allana el camino al descubrimiento de nuevas estrategias que permitan intervenir de manera específica sobre estos tres factores y, con ello, contribuir a la prevención de la demencia.
Estos tres factores tienen en común que causan procesos inflamatorios cronificados, estrés oxidativo neuronal y daño en el sistema vascular del cerebro, lo que aumenta, no sólo el riesgo de accidentes cerebrovasculares isquémicos (por falta de oxígeno) o hemorrágicos, sino el deterioro cognitivo y las posibilidades de padecer demencia.
La Demencia y Alzheimer quizás, sean unos de los caballos de batalla de nuestro siglo, aún no existe cura conocida pero sí factores que pueden favorecer en distintas etapas de nuestra vida su prevención y por tanto aparición hasta en un 35%.
— Pablo Ojeda (@pabloojedaj) June 10, 2018
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Aún no existe un tratamiento para curar las demencias neurodegenerativas, que son las que ocurren cuando las células del cerebro dejan de funcionar o mueren. Sin embargo, los avances científicos apuntan a que existen evidencias alentadoras sobre cambios conductuales o intervenciones que podrían prevenir su aparición. Todos tienen que ver con un estilo de vida saludable:
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Referencia de la noticia
Manuello, J., Min, J., McCarthy, P. et al. The effects of genetic and modifiable risk factors on brain regions vulnerable to ageing and disease. Nat Commun 15, 2576 (2024).