Las uñas de los pies, al igual que las de las manos, están hechas de queratina, la misma proteína que forma el pelo y las garras de muchos animales. Evolutivamente, son una versión modificada de las garras, que son comunes en la mayoría de los mamíferos. Entonces, ¿por qué los humanos y otros primates no tienen garras? La respuesta está en nuestros ancestros arbóreos.
Hace millones de años, nuestros ancestros primates se adaptaron a la vida en los árboles. A diferencia de las garras, los clavos planos proporcionaban un mejor agarre y precisión para trepar y manipular objetos. Las uñas evolucionaron como una cubierta protectora para las puntas sensibles de los dedos de las manos y los pies, lo que ayuda al equilibrio, la destreza y la motricidad fina.
La dependencia de los humanos de las uñas en lugar de las garras pone de relieve cuán únicos somos entre los mamíferos. Si bien la mayoría de los animales desarrollaron garras para cavar, cazar o trepar, nuestras uñas planas nos distinguen como valores atípicos evolutivos o "bichos raros" en el gran esquema de la naturaleza.
Esta peculiaridad subraya cómo nuestros antepasados se adaptaron a entornos y desafíos específicos durante millones de años. A medida que se desarrolló el bipedalismo y el uso de herramientas se volvió fundamental para la supervivencia, las uñas, tanto en los dedos de las manos como de los pies, siguieron siendo ventajosas para tareas de precisión y equilibrio.
"A medida que los humanos evolucionaron, conservamos las uñas heredadas de nuestros ancestros simios más recientes. Inicialmente, los teóricos darwinianos consideraban que las uñas de las manos y los pies eran restos vestigiales de las garras que se encuentran en los animales "inferiores" de hoy".
Si bien los humanos modernos ya no necesitan colgarse de los árboles, las uñas de los pies persisten porque todavía tienen un propósito.
Como resultado, los médicos los examinan con frecuencia durante los chequeos de rutina, ya que los cambios en su apariencia pueden proporcionar pistas valiosas para diagnosticar una amplia gama de enfermedades. Este potencial diagnóstico subraya la importancia de las uñas no sólo en términos de función física, sino también como indicadores vitales de la salud general.
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Referencia de la noticia:
Bergman, J. Fingernails and toenails—useless evolutionary relics or an important part of design?