La borrasca Karlotta, la undécima nombrada esta temporada por el grupo suroeste, se encuentra a estas horas al suroeste de Irlanda. La presión central es de unos 976 milibares y en las próximas horas se profundizará hasta 968 milibares derivando lentamente hacia la Bretaña y zonas del sur de Inglaterra.
Los efectos de Karlotta se notan ya en múltiples estaciones que la AEMET tiene repartidas en la geografía peninsular. En Cabrales, Asturias, se han alcanzado los 178 km/h y hasta 157 km/h en Estaca de Bares, Galicia. La red de boyas de Puertos del Estado ha detectado olas de 9,7 m en Estaca de Bares y 11,44 metros en Cabo Silleiro.
Tras el temporal de hoy y el breve receso de mañana, el oleaje se recrudecerá el sábado, especialmente en la segunda mitad del día.
Al acercarse Karlotta a la Bretaña sa el sábado a mediodía, se alineará con otras borrascas creando un pasillo de vientos de largo recorrido en el Atlántico. Este pasillo de fuertes vientos se extenderá a lo largo de miles de kilómetros, conectando Islandia con Galicia.
Con un recorrido tan largo sobre el mar, las olas tendrán mucho espacio y tiempo de crecer sin ningún obstáculo que las frene. En un escenario así, se esperan olas singulares en amplias zonas del norte y noroeste peninsular.
La AEMET mantiene aviso naranja en todo el litoral Cantábrico y gallego por olas de 7 metros. Los avisos de la AEMET hacen referencia a la altura significativa de oleaje, es decir, la media del 30% de las olas más altas. Esto quiere decir, que aunque el aviso sea por olas de 6-7 metros, pueden darse alturas máximas individuales mucho mayores.
Se esperan pues olas con alturas máximas de 6 a 9 metros en el litoral gallego, especialmente en la costa de A Coruña hacia el final de la tarde. En el litoral cantábrico, las olas más grandes se esperan desde el sábado por la tarde, empezando por Asturias, extendiéndose al resto de comunidades, una vez entrada la noche. Habrá mar muy gruesa en toda la costa, con olas de 4 a 6 metros y más de 9 metros mar adentro.
Los riesgos del temporal no se limitan exclusivamente a la navegación, que será inviable en estas condiciones. En tierra habrá que extremar las precauciones en paseos marítimos, espigones y acantilados especialmente a la hora de hacer fotos. Nunca se deben dar la espalda al mar o quitar la vista a las olas y debe dejarse una distancia de seguridad importante.
Es frecuente que las olas sorprendan a las personas que se encuentran contemplándolas, con riesgo de ser arrastrados hacia el agua. Una vez dentro, las posibilidades de salir son remotas. A ello hay que sumar las frías temperaturas del agua, que se encuentran entre los 13 y 14 ºC.