La época de máximo riesgo de incendios en nuestro país se encuadra entre el 15 de junio y el 31 de octubre. Estas fechas acaparan el arranque de las altas temperaturas, el apogeo del calor en la canícula y, después, el estrés hídrico que acusa la vegetación hasta bien adentrado el otoño. En este lapso de tiempo las negligencias pueden costar miles de hectáreas de bosque, sobre todo cuando coinciden con los picos de calor, bajos niveles de humedad y viento moderado o fuerte.
Los organismos de prevención de incendios y los equipos de extinción en estas fechas temen que se congregue este triplete: temperaturas de 30ºC o superiores, rachas de viento del orden de 30km/h –o más- y humedad relativa del aire igual o inferior al 30%. Este tándem multiplica el riesgo de incendios, aunque no es imprescindible para que prolifere el fuego.
Hace un año el periódico El Confidencial publicó un estudio que barruntaba las causas de los incendios en España y las conclusiones fueron llamativas: en el decenio comprendido entre 2007 y 2016, del total de los grandes incendios forestales (GIF) ocurridos en nuestro país (196), sólo un 37% coincidieron con las tres condiciones meteorológicas extremas.
La misma investigación concluyó que el viento es el factor más problemático, en muchos casos sin el apoyo de las otras dos variables. Este meteoro, con rachas superiores a los 30km/h, acompañó a 153 de los 196 GIF estudiados. ¡Muchísima precaución cuando sople Eolo!
La mera presencia de las tres variables meteorológicas extremas, o de alguna de ellas, no prende el bosque. La chispa requiere de una ayuda externa: un rayo, una llama provocada o negligencias. Para evitar estas últimas la web de Protección Civil tiene un buen apéndice de medidas de prevención. Dejamos algunas de ellas:
La Agencia Estatal de Meteorología cada día lanza en su web dos mapas con el riesgo meteorológico diario de incendio, para hoy y mañana. Los avisos se basan en los datos de las estaciones meteorológicas propias: temperatura del aire seco, humedad relativa, velocidad de viento y precipitación registrada en las últimas 24 horas; y en el modelo numérico de predicción HIRLAM. Ante los colores naranja y rojo vale la pena extremar la precaución.