El mildiu de la vid, está causado por un hongo de tipo oomiceto cuya denominación científica es Plasmopara viticola, y es una de las enfermedades más devastadoras que afecta a los viñedos en todo el mundo. Hace unas horas, la Consejería de Agricultura de La Rioja anunciaba que ha sido detectado en San Asensio, aunque por ahora su incidencia es muy baja.
Originario de América del Norte, este hongo se introdujo en Europa a finales del siglo XIX, y desde entonces ha sido una preocupación constante para los viticultores. Presenta una enorme capacidad para causar pérdidas significativas en la producción y calidad de la uva, e incluso puede ocasionar la pérdida completa de la cosecha. Por todo esto es esencial un control muy exhaustivo.
El hongo causante del mildiu prospera en aquellas condiciones de humedad alta y temperaturas moderadas. Este hongo pasa el invierno en forma de oosporas en los restos de las hojas caídas en la campaña anterior y en los brotes infectados en el suelo.
La Consejería de Agricultura confirma la identificación en San Asensio de las primeras manchas de mildiu en un viñedo riojano.
— Gobierno de La Rioja (@lariojaorg) May 21, 2024
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Cuando llega la primavera y las condiciones meteorológicas son más favorables, estas oosporas germinan y liberan esporangios que se dispersan por el viento y la lluvia, infectando nuevas plantas.
Los síntomas del mildiu en la vid son algo variados y fundamentalmente afectan a las hojas, los tallos y, en última instancia, los racimos. En las hojas, el síntoma más característico es la aparición de una especie de manchas aceitosas de color amarillo en la superficie superior, en el haz de la hoja ,y que con el tiempo se tornan necróticas, es decir, oscurecen y se secan.
En la parte inferior de las hojas (envés), y sobre todo con condiciones húmedas, puede llegar a observarse un moho blanco que se corresponde al crecimiento y expansión del hongo. En los racimos, los síntomas incluyen una decoloración y una textura esponjosa, lo que lleva a una pérdida significativa de calidad de la uva, incluso en un estado muy avanzado de la enfermedad la pérdida total de cosecha.
Controlar el mildiu para evitar su rápida expansión en estas fechas requiere una combinación de muchas prácticas, tanto culturales, biológicas y por último, químicas.
Las prácticas de tipo cultural son de las más importantes para reducir el desarrollo del mildiu.
El control biológico es quizá el más deseado, ya que implica el uso de organismos naturales para reducir la incidencia de las enfermedades. En el caso del mildiu, varios estudios están explorando la eficacia de antagonistas naturales, como ciertos hongos y bacterias que pueden inhibir el crecimiento de la Plasmopara viticola.
Los fungicidas siguen siendo una herramienta principal en la gestión del mildiu. Estos tratamientos químicos deben ser aplicados siempre de manera preventiva y estratégica para maximizar su efectividad y minimizar la resistencia del patógeno.
Mildiu de la vid (plasmopara viticola) al microscopio. Repasando al enemigo de cerca. #NochesDeMicroscopio pic.twitter.com/a2Q8cNcxjP
— Jose Roque López (@jorloan) May 12, 2020
El monitoreo regular del viñedo es vital para detectar tempranamente la presencia de mildiu y aplicar las medidas de control de manera oportuna.
En definitiva, podemos afirmar que el control del mildiu en la vid es un desafío continuo que requiere una combinación de estrategias integradas. Además, con el cambio climático y la evolución constante de los patógenos, es esencial que los viticultores permanezcan vigilantes y adopten nuevas tecnologías y prácticas para proteger sus viñedos, para así garantizar una producción de uvas de alta calidad.