Entre los libros recomendados recientemente por la guía de recursos educativos sobre el cambio climático se encuentra ‘Y vimos cambiar las estaciones’ del filósofo Philip Kitcher y la física Evelyn Keller. Este ensayo comienza con una distopía bastante negativa centrada en el discurso del día del clima de 2159. Poca población asiste debido a que miles de millones de personas murieron a causa de las catástrofes naturales, las guerras por falta de recursos y también, La Gran Pandemia.
El objetivo del libro es impulsar el debate democrático sobre el cambio climático. Para ello presenta seis escenas cotidianas a modo de diálogo entre Joe, personaje escéptico y Jo una activista. Las seis preguntas claves son las siguientes...
Sin duda, el calentamiento global ha sido una evidencia científica altamente cuestionada. Medir la temperatura global de todo el planeta y hacerlo para unos cientos de años atrás cuando ni siquiera existían termómetros no ha sido trivial. Sin embargo, el escepticismo no siempre se ha centrado en cuestionar la complejidad del método científico sino en otros intereses.
Muchas son las incertidumbres sobre las consecuencias del cambio climático: cómo aumentarán las sequías, las inundaciones y otros eventos extremos. Más difícil aún es cuantificar las personas que se verán afectadas. Abordar problemas llenos de incertidumbres hace menospreciarlos frente a otros menores con mayor certeza.
El cambio climático ha sido fácil de procrastinar. Excusas como por qué debe preocuparnos algo que afectará a generaciones futuras, algo que quizás no afecte a nuestra región e incluso por qué debe ser el cambio climático nuestra principal preocupación habiendo tantas injusticias en el mundo actual.
The third wave. Revised & authorized. #pandemia #ClimateEmergency #ClimateChange pic.twitter.com/DPrQpK9FhG
— Graeme MacKay (@mackaycartoons) May 24, 2020
Se abordan las estrategias tanto para reducir emisiones como para mitigar las consecuencias del calentamiento global. Apostar por las energía renovables, darle una oportunidad a la energía nuclear, subir impuestos, sacrificar viajes en avión, etc. Analizan cómo afectaría a nuestra calidad de vida y cuánto disminuiría el PIB respecto a no tomar medidas.
Aquí se plantea si los países que más han contaminado deben ser los que más sacrificios hagan. ¿Hasta qué punto se debe dejar contaminar a los países en vías de desarrollo? La atmósfera no entiende de fronteras, quien contamina no es el que siempre sufre las consecuencias.
Según los autores, los políticos tienen enfrente un ambicioso reto que llaman la cuádruple obligación que consistiría en: