El colágeno es una proteína fundamental para la estructura de nuestra piel, huesos, articulaciones y tejidos conectivos, pero igual que no comes pelo para que te crezca el pelo (Julio Basulto dixit), los suplementos de colágeno no generan colágeno.
Cuando consumimos colágeno a través de suplementos, ya sea en forma de polvo, cápsulas o bebidas, este entra en nuestro sistema digestivo y se descompone en aminoácidos.
El colágeno en sí mismo, con su estructura específica, no puede atravesar la pared intestinal intacto. En su lugar, se descompone en sus componentes básicos durante la digestión.
La teoría detrás de los suplementos de colágeno es que estos aminoácidos y péptidos pueden ser absorbidos y utilizados por el cuerpo para la síntesis de nuevo colágeno en los tejidos.
Sin embargo, la realidad es un poco más caprichosa. Los aminoácidos liberados durante la digestión se distribuyen por todo el cuerpo y no necesariamente se dirigen a las áreas que necesitan colágeno.
En otras palabras, el hecho de ingerir colágeno no garantiza que este sea utilizado específicamente para la producción de colágeno en la piel, los huesos o las articulaciones.
Por más que lo veamos escrito, el colágeno vegetal no existe. El colágeno, por definición, es una proteína animal, presente en tejidos conectivos de animales como bovinos, porcinos y marinos.
El término está mal utilizado para referirse a alimentos vegetales que promueven la producción de colágeno en el cuerpo. Las plantas no contienen colágeno, sí pueden proporcionar nutrientes esenciales que apoyan la síntesis de colágeno.
Aquí repasamos 5 claves que no suelen aparecer en los anuncios de suplementos.
La primera sobre el suplemento de colágeno. La evidencia de que el colágeno ingerido se convierte directamente en colágeno en los tejidos específicos es muy limitada. El cuerpo descompone el colágeno en aminoácidos que luego se distribuyen y utilizan en diferentes procesos metabólicos.
Y la segunda respecto al colágeno vegetal: no existe, por definición. Sin embargo, ciertos alimentos vegetales proporcionan nutrientes que apoyan la producción natural de colágeno en el cuerpo. Unos buenos hábitos de alimentación con frutas y verduras serán claves, así como evitar la vida sedentaria.
Y lo más importante de todo: más alimentos, menos suplementos.