Las inundaciones son fenómenos naturales frecuentes en nuestro planeta. La infraestructura, como los edificios y las carreteras, y las tierras agrícolas compactas, por ejemplo, son mucho menos permeables a la lluvia que la cubierta natural. En estas zonas, el agua de lluvia no puede penetrar fácilmente en el suelo, lo que provoca inundaciones. Sin embargo, la naturaleza puede ser parte de la solución a este problema.
Los bosques y los espacios verdes ofrecen mucho más que belleza y oxígeno. La ciencia explica las cinco formas en que los árboles nos ayudan a protegernos de las inundaciones.
Los árboles son una parte clave para el manejo natural de inundaciones, y plantarlos estratégicamente puede tener un impacto positivo en áreas que experimentan inundaciones por ríos y superficies de concreto. Descubre las cinco formas en que ayudan a reducir las inundaciones:
La lluvia es interceptada por la copa de un árbol, que actúa como un gran “paraguas”, capturando y reteniendo el agua de lluvia antes de que llegue al suelo. Esto ralentiza la velocidad a la que el agua llega a la superficie, permitiéndole infiltrarse gradualmente en el suelo.
El lento recorrido del agua de lluvia hasta el suelo puede reducir los niveles máximos de agua en los ríos durante tormentas severas, lo que ayuda a prevenir inundaciones repentinas.
Las raíces de los árboles crean canales en el suelo conocidos como "macroporos". El agua de lluvia se infiltra profundamente en el perfil del suelo a través de estos canales, en lugar de escurrirse por la superficie y provocar inundaciones. En suelos compactados, se ha demostrado que sus raíces mejoran la infiltración en un 153% en comparación con suelos no plantados.
Este proceso ayuda a reducir la cantidad de agua que fluye hacia ríos y arroyos después de una tormenta severa, lo cual es un factor importante para desacelerar el flujo de agua y reducir las inundaciones.
Los árboles extraen agua de la zona de captación, lo que provoca una disminución significativa de la presión sobre los sistemas de drenaje en las zonas urbanas. Y también una reducción del riesgo de inundaciones en las zonas rurales, absorbiendo escorrentías de carreteras y zonas agrícolas.
Los árboles, arbustos y madera a lo largo de arroyos y superficies inundables actúan como un obstáculo, atrapando el agua y ralentizando el flujo durante las lluvias intensas, ya que ralentizan el escurrimiento y ayudan al suelo a absorber más agua.
Esto reduce la cantidad de agua que fluye hacia los ríos al mismo tiempo, lo que ayuda a prevenir inundaciones ya que el agua se libera más lentamente en los cuerpos de agua.
Cuando no hay árboles a lo largo de los ríos, la lluvia puede arrastrar tierra (y contaminantes) hacia ellos, y esto puede provocar que tengan una capacidad reducida para transportar agua, provocando un aumento del nivel del agua y, en consecuencia, inundaciones.
Sin embargo, las raíces de los árboles actúan como anclas, "manteniendo" el suelo en su lugar e impidiendo que fluya hacia los ríos. Esto los mantiene limpios y detiene la sedimentación, lo que a su vez puede prevenir inundaciones y mantener la capacidad del río para proteger contra futuras inundaciones.
- Green, D. et al. Green infrastructure: The future of urban flood risk management?. Wires Water, v. 8, n. 6, 2021.
- Egedusevic, M.; Beevers, L.; Arthur, S. Runoff characteristics of different cultivations in Menstrie catchment, Scotland: From field observations to model development. Geophysical Research Abstracts, 2019.