Los ábregos son conocidos popularmente como los vientos llovedores. Son vientos del suroeste asociados a borrascas atlánticas que se descuelgan hasta las proximidades del golfo de Cádiz, y desde esa posición, barren la Península Ibérica en sentido SW-NE aportando gran contenido de humedad, que se traduce habitualmente en importantes temporales de lluvia. Estas situaciones meteorológicas son menos frecuentes ahora que hace algunas décadas, en la medida en que ha ido cambiando la circulación general de la atmósfera.