Las turbulencias son uno de los fenómenos más comunes en los vuelos comerciales y, aunque pueden ser incómodas para los pasajeros, los aviones están diseñados para soportarlas de manera segura.
Las aeronaves modernas son sometidas a rigurosas pruebas de resistencia, que garantizan que puedan afrontar tanto turbulencias ligeras como severas sin sufrir daños estructurales.
Este proceso de diseño y verificación está respaldado por años de ingeniería y tecnología, y cada modelo pasa por exigentes simulaciones y pruebas antes de ser aprobado para el servicio.
La resistencia de un avión se mide en términos de fuerzas G, que reflejan la presión de aceleración que puede soportar una aeronave sin que su estructura sufra daños.
En vuelos comerciales, los aviones están preparados para enfrentar entre -1.0G y +2.5G en condiciones normales y, en pruebas de laboratorio, se someten a fuerzas incluso superiores para asegurar su seguridad.
En este #VideoCurioso se puede ver el comportamiento del fuselaje de un #B2 Spirit durante unas turbulencias. Y es que aunque parezca que el avión no tiene nada de flexibilidad, en realidad es muy flexible. Si fuera rígido, se hubiera roto en pocos segundos.
— On The Wings of Aviation (@OnAviation) September 24, 2023
USAF pic.twitter.com/mVBX6OJ6aq
En situaciones de turbulencia severa, la fuerza G rara vez supera 1.5G, lo cual está dentro de la capacidad de resistencia de las aeronaves comerciales.
Es importante recordar que, aunque las turbulencias pueden parecer intensas desde dentro del avión, las fuerzas que experimenta la aeronave son generalmente bajas en comparación con los límites estructurales para los que ha sido diseñada.
Además, los sistemas de radar y meteorología ayudan a los pilotos a detectar áreas de turbulencia con antelación, permitiéndoles realizar ajustes en el rumbo o la altitud para evitarlas cuando sea posible.
Para entender la capacidad de resistencia de un avión, es importante conocer los diferentes tipos de turbulencias y su intensidad. En aviación, las turbulencias se clasifican en varios niveles:
A pesar de la incomodidad que pueden causar, las turbulencias no representan una amenaza real para la integridad de los aviones comerciales modernos. Las aeronaves están construidas para soportar condiciones extremas y las probabilidades de que una turbulencia severa dañe un avión son prácticamente nulas.
Sin embargo, los incidentes relacionados con turbulencias suelen afectar más a los pasajeros que no llevan el cinturón de seguridad abrochado o a objetos sueltos dentro de la cabina.
Es cierto que en la historia de la aviación ha habido casos aislados en los que turbulencias extremas han causado daños menores en componentes de los aviones, pero estos incidentes son excepcionales.
Con la tecnología actual, la probabilidad de que una turbulencia genere daños graves a la aeronave es extremadamente baja.